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Vocabulario. Desde la Colonia hasta el día de hoy, vocablos y expresiones idiomáticas han cambiado sus significados debido a los cambios lingüísticos que se presentan en las lenguas vivas. El ejemplo más pertinente aquí es el de “teatro” que, como hoy, tiene un rango amplio de referentes y significados. Por ese entonces, principalmente aludía a un tablado o escenario. “Comedia” designaba una obra teatral de cualquier género, y no sólo piezas humorísticas y festivas. Este es el motivo por el cual a los escritores de teatro y a los actores y actrices se les llamaba comediantes, cómicos y cómicas, respectivamente.
Obras. Los textos coloniales son complejos, es imposible reducirlos a clasificaciones tradicionales, pues se podrían empobrecer. Algunas de sus características son: cuestionan el orden tradicional de la escritura y traspasan los límites de los géneros literarios; el sujeto de la escritura es problematizado en su identidad, nacionalidad y en algunos casos su sexualidad; se percibe una búsqueda de nuevas formulaciones expresivas, en especial en los tropos discursivos.
Censuras coloniales. Para analizar el teatro colonial se debe tener en cuenta la censura que pesaba sobre los gremios y la población en general. Los reyes españoles dictaron leyes generales que regían la vida social, política y económica de sus territorios. Además, promulgaban cédulas reales con prohibiciones concretas, como, por ejemplo, las relacionadas con espectáculos públicos o la circulación de libros. Según la región y las circunstancias, similares atributos tenían los virreyes, capitanes y gobernadores para legislar y normar.
Las autoridades eclesiásticas consideraban un derecho velar por la moral de las colonias y también ejercían control sobre espectáculos y escritos. Su reglamentación cobijaba a curas, monjes y fieles. Dicho control lo ejercían a través de leyes evangélicas que regían realidades específicas, proscripciones, arengas desde el púlpito y coerción a las autoridades civiles. En algunos casos, varios clérigos procedieron de hecho.
Polémicas. Las obras coloniales, vestigio de la literatura dramática, han suscitado polémicas entre los estudiosos. Un solo ejemplo: Anderson Imbert escribió que los autores hispanoamericanos escribieron géneros breves o fueron adaptadores, más que comediógrafos originales. Sin embargo, matiza dicha afirmación proponiendo algunas hipótesis para tener en cuenta al momento de calificar, como: la censura, el hecho de que el prestigio literario recaía sobre el repertorio español y, por el contrario, las letras criollas eran subestimadas.
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