Radiodifusora nacional
En la política gubernamental, la apertura de la Radiodifusora entraba dentro del concepto de cultura popular; por tanto, debía llegar a todo el país. Todos los programas diseñados dentro de este criterio debían ser ante todo educativos.
Rafael Guizado. Primer director de Radio Nacional de Colombia.
Gracias al dinamismo, talento organizativo y su gusto por el arte y los temas culturales, se nombró primer director de la Radio Nacional a Rafael Guizado. Para ayudarlo a desarrollar la programación, las autoridades culturales convocaron a un grupo de artistas e intelectuales. Entre los primeros espacios se hallan los siguientes: curso de literatura colombiana, Rafael Maya; curso de literatura universal, Jorge Zalamea; crónicas musicales: León y Otto de Greiff; crónica teatral, Oswaldo Díaz Díaz; crónica poética, Arturo Camacho Ramírez; crónica cinematográfica, Gerardo Valencia; crónica histórica, Rafael Jaramillo Giraldo; actualidad literaria, Carlos Martín; reportajes, Víctor Mallarino.
Se transmitían, asimismo, conciertos grabados de música clásica, y en vivo intervenían la Orquesta Sinfónica Nacional y agrupaciones de cámara; la Banda Nacional dirigida por el maestro José Rozo Contreras, y música colombiana a cargo del conjunto de cuerdas dirigido por el maestro Alejandro Wills, entre otros.
Radioteatro. Rafael Guizado fue quien mayor confianza depositó en la transmisión de obras de teatro, y alcanzó buenos resultados, dadas las décadas que el programa se mantuvo al aire. Según notas periodísticas, fue uno de los programas de mayor audiencia. Se transmitía los domingos en la noche. Para llevar a cabo la idea organizó un grupo de artistas, doce en total, entre actrices y actores, dirigidos por el dramaturgo y director Hernando Vega Escobar. Un par de años después se incrementó a quince. Cada domingo, antes de salir al aire en directo, el grupo ensayaba durante una hora, aunque con antelación cada quien ya había recibido el libreto con el rol asignado.
Rafael Guizado: El teatro radiado se ha considerado siempre más elemental y sencillo que el representado. Yo creo todo lo contrario: en la escena se tiene la defensa de la acción, del gesto, y además la visión del público, la colaboración del público, podríamos decir. Estoy convencido de que cuando nuestro grupo salga a escena tendrá un gran éxito.
También Rafael se refiere al “hibridismo que caracteriza a la mayoría de las obras radiodifundidas ya que son escritas casi todas para representar”.
Desde la creación del grupo radio teatral, los directivos de la Radiodifusora y de Extensión Cultural del Ministerio de Educación tuvieron el objetivo de extender su actividad al Teatro de Colón. Se pretendía conformar una compañía oficial, motivo por el cual cuando un par de años después la compañía inició labores, en el comité asesor y de dirección figuró el nombre de Guizado.
El repertorio inicial del radioteatro estaba formado por adaptaciones del repertorio universal, por diálogos y coloquios inspirados en personajes o hechos históricos, escritos por nacionales; por ejemplo: Horas de soledad de Jorge Zalamea, sobre la vida del general Santander; El hombre que descubrió el mar de Gerardo Valencia; El sitio de Cartagena, y Voces de libertad de Oswaldo Díaz Díaz.
Para obtener guiones originales, Guizado utilizó algunas estrategias. La primera de ellas fue hablar directamente con dramaturgos, según se desprende del tono jocoso con que algunos de ellos se referían al hecho, diciendo que el “implacable” Guizado, sin darles respiro los había hecho teclear sus máquinas de escribir. La segunda, convocando a un concurso de obras inéditas, el 31 de marzo 1941. El jurado estuvo compuesto por Gustavo Santos, Rafael Maya, Otto de Greiff y Rafael Guizado.
La pieza que ocupó el primer lugar fue El rapto de las Sabinas de Jorge Zalamea que se transmitió el 10 de diciembre de 1942. Recibieron menciones honoríficas Expreso de Oswaldo Díaz y Un viaje a Nueva York de Alejandro Vallejo que también fueron difundidas.
Guizado instauró el “Ciclo de teatro nacional” que continuará en los años siguientes con gran éxito de sintonía y participación de dramaturgos. En abril de 1942 el espacio comenzó a ser patrocinado por la Compañía Colombiana de Seguros, y la dirección se encomendó a Rafael. Entonces, el esquema inicial varió, y cada domingo se dedicaba a alguna región de Colombia. Por ejemplo, el 21 de abril le correspondió a Caldas, se difundió la fantasía lírica El café, el hacha y la campana, de Gerardo Valencia, complementado por interpretaciones de la orquesta del maestro José Rozo Contreras y otros aires folclóricos de dicha región.
Al completar un año de actividades, el balance que Rafael hizo fue estimulante: Diez horas diarias de transmisión, para un total de tres mil doscientas dedicadas a “programas selectos, variados, atrayentes, serios y divertidos”. En agosto de 1941 se habían radiado ochenta obras, y según “estadísticas aproximadas” (conforme a la expresión de Vega Escobar), los oyentes preferían el teatro, y entre sus géneros los dramas tenían mayor aceptación.
Como parte del balance, la revista Cromos hizo entrevistas a escritores e intelectuales quienes dieron su opinión sobre el radio teatro. La mayoría de los entrevistados aplaudieron la iniciativa. Una voz divergente fue la de Antonio Álvarez Lleras. Esto dijo el dramaturgo:
Desde luego las radiodifusoras, al trasmitir obras teatrales, cumplen una excelente labor de divulgación escénica, pero no creo en la nueva especialidad artística que han dado en llamar teatro radiado. El teatro vivo es el único teatro. Una obra no representable se puede llamar de cualquier modo, menos obra teatral. En el propio radio las únicas obras de éxito son las obras teatrales. Autores ya los hay; no se trata, pues, de pensar en crearlos. Formar actores ya es cosa más difícil […].
Rafael estuvo dirigiendo la Radiodifusora Nacional un poco más de un año. Es posible que el retiro se hubiera producido a finales de agosto de 1941 o en septiembre. Lo sucedió en la dirección Bernardo Romero Lozano. Al emitirse Brazos caídos. Tragedia en un acto, de Guizado, se le rindió un homenaje. El acto fue organizado por Otto de Greiff, Hernando Vega Escobar y Rafael Jaramillo.
Por motivos técnicos, la Radio Nacional suspendió transmisiones desde el 18 de noviembre de 1942 hasta finales de enero de 1943. Después de su reconstrucción, el nuevo director, Fernando Plata Uricoechea, reestructuró la programación. Se mantuvo el radio teatro y se introdujo un programa infantil, dirigido por Oswaldo Díaz.
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